martes, febrero 20, 2007

CRÍTICA: CIUDAD de Ricardo Barreiro & Juan Giménez

La ciudad nos engulle, nos aprisiona en su red de calles, nos conduce a la locura, desemboca en el estrés, luchamos por sobrevivir en un medio hostil. No hay salida posible. No hay escapatoria factible. Ella dicta sus leyes, se conforma en que saquemos a relucir nuestro instinto de supervivencia. La ciudad como metáfora/alegoría de cárcel. ¿Somos verdaderos prisioneros de una jungla de cristal y cemento?

Barreiro, en un género como es el de "historias de ciudad" como punto de referencia, temática de la que demostraba cierta predilección (recordemos la posterior obra, que realizó junto a Eduardo Risso, como es “Parque Chas”) nos cuenta en Ciudad, en una serie de relatos engarzados, la locura que se nos plantearía si nuestra diaria vida monótona urbanita se transformase, de la noche a la mañana, en una locura surrealista sin final posible y lógico, en un deambular por un entramado de calles nada familiar para uno.

El protagonista, Jean, es un chico que pasa de un vacío quehacer diario lleno de dudas y problemas, con una relación de pareja que va de mal en peor, en una gran ciudad como es el París eterno, a vivir de repente en una ciudad muy diferente a la suya, como si de un sueño/pesadilla se tratara. Él es un “naufrago” que va a la deriva. No sabe dónde está, por qué está allí y cómo ha llegado a esa ciudad que carece de nombre, y lo más angustiante, no sabe hacia dónde va. Ella es simplemente “Ciudad”.

Junto a Karen, otro naufrago que ha llegado hasta esta urbe, como tantos otros, intenta buscar una salida a este laberinto sin fin y, parece ser, sin escapatoria posible. A ambos les sucede todo tipo de peripecias, a cuál más irreal, hechos y situaciones que normalmente sólo viven en el subconsciente de los seres humanos, pesadillas que sólo son capaces de ser soñadas o fantaseadas.

Situaciones kafkianas que más parecen fruto de la manipulación de un ente superior invisible que sólo se dedica a jugar con los miedos y las esperanzas de los hombres. ¿Es la propia ciudad la que juega con la psique de sus moradores?

Barreiro, con un guión ágil e intrigante, acompañado perfectamente por el dibujo detallista del maestro Giménez, nos hace sentir parte de la “ciudad”, de creernos que pesadillas nuestras sí pueden volverse realidad. De cómo una sociedad tan urbanizada como la nuestra es capaz de verse inoperante e inutilizada, en un momento dado, por el sentimiento claustrofóbico de una “cárcel de hormigón”.

Y, cómo no, Giménez a los lápices es la opción ideal para representar mundos de ficción, de vivencias de ahora, en tiempo real, con un toque fantástico. El talento de un artista al servicio de la ciencia ficción.

Destacar la anécdota de la aparición del Eternauta en la última historia. Barreiro hace un pequeño homenaje a esta obra clave de la historieta argentina (obra de dos maestros como son Oesterheld y Solano López) con la aparición de su protagonista (como también hará en la otra obra comentada más arriba, Parque Chas) y que, además, tuvo el privilegio de escribir el guión de su continuación, a la postre el último de su carrera, “El Eternauta, el odio cósmico”. El Eternauta, capaz de viajar por toda la eternidad, al igual que esta ciudad eterna, capaz de transportar a sus habitantes a cualquier tipo de lugar/situación dentro de su maraña de calles y edificios sin fin.

Una obra que tenemos la suerte de que ha sido de nuevo reeditada por Ediciones 11:11 en un único volumen. Ojalá el resto de la obra del gran Giménez, con guiones propios o junto a otros tantos maestros del medio, vea, poco a poco, la luz en nuevas ediciones necesarias para dar la importancia que se merece un maestro del talento de Juan. Ello permitirá que seamos "naufragos eternos" de realidades impensables.

Un cordial saludo.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran tebeo, Giménez está inmenso, y el guión de Barreiro es funcional y muy entretenido, con esa revisión de los géneros más clásicos. Por cierto, que me habéis recordado el Parque Chas y por qué tenía la sensación de que ya conocía a Risso de algo... Es un recuerdo vago, y no sé si tendré por ahí algún capítulo de la serie en alguna revista, pero sí que me da la sensación de que esta serie me gustó mucho y que era muy, muy inquietante. Otra serie para apuntar a las necesitadas de reedición.

EduXavi dijo...

Por estos lares sí que hay sendos recopilatorios de “Parque Chas” publicados por la argentina Puro Comic Ediciones.
Y si te interesa, te pongo este enlace que habla del auténtico Parque Chas: http://www.parquechasweb.com.ar/

Anónimo dijo...

Ah, pues muy interesante el enlace, y ya he visto que en el apartado "Literatura dedicada al Barrio Parque Chas" hacen mención a los tebeos de Barreiro y Risso. Ahora a ver si tengo suerte y encuentro esos tomos en alguna librería de Madrid. Quien sabe, a veces llegan cosas de Argentina, el otro día pude comprar el Perramus de Sasturain y Breccia...

Anónimo dijo...

HOLA, que se puede decir de CIUDAD, aparte que es una obra maestra y maravillosa, almenos para mi, cuando un dia espece a fijarme en ella, pe rarece que en comix internacional, o en zona 84, o en alguna de estas. Fue para mi toda una experiencia iniciatica, pues fue trasnportarme a un mundo unico a traves de una historia unica como jamas e visto, poesia, accion, misterio que junto a otras obras como el imperio de trigan... navegan por mi fantasia de niño...

EduXavi dijo...

... y, como nexo de unión de todo ello, una ciudad que te oprime, te domina, te subyuga... es la verdadera protagonista de una historia en la que el hombre urbanita es sólo una mera comparsa ante la magnificencia de la urbe.

Anónimo dijo...

Aun hoy sigo fantaseando conque esa ciudad infitita, inponente, intrigante y terrorifica existe en algun lugar recondito de nuestro subconciente.
Tuve contacto con esta novela cuando apenas tenia unos 11 años pero solo supe apreciarla cuando tenia 18 y realmente llego a inspirarme y a obsecionarme. Hoy , en mis 28, sigo considerandola una obra maestra, inspiradora y escapista, y en mis momentos de mayor soledad alguna parte de mi curiosea con la posibilidad de convertirse en naufrago de tan increible aventura.

EduXavi dijo...

Nunca se sabe, nunca se sabe... tal vez algún día nos veamos atrapados en ciudades que las veremos como verdaderas cárceles de hormigon que, a pesar de estar rodeados de millones de habitantes que pululan por sus calles, nos hagan sentir solos e insignificantes formando parte de una sociedad deshumanizada y asfixiante... ¿seríamos capaces de adaptarnos y sobrevivir en ellas?

cure dijo...

Porque me atrae la idea de una ciudad inmensa, desertica y sin nombre? En mi vida real diaria me gusta ir a la montaña o a la playa escapando de la urbe ruidosa y contaminada, pero en lo que respecta a mi imaginacion y mi inspiracion creativa siempre desde que lei esta novela fantasie con perderme en la ciudad sin nombre y encontrar una compañera de aventuras perdida como yo en ese laberinto gigante para vivir esa aventura que nos trae Barreiro. Un verdadero sueño adolecente :P

Hay algo en los edificios,en el concreto, en la inmensidad de las estructuras urbanas que me resulta profunamente intrigante, provocativo y aterrador al mismo tiempo. Como una constante sensacion de ansiedad antes de una tormenta. Ciudad y otras pocas novelas lograron llevarme a esos lugares.
A alguien mas le pasan estas cosas? Un saludo.

Alguien mas siente esa sensacion?

EduXavi dijo...

Si uno vive en una gran urbe, puede que le resulte claustrofóbico transitar por ella rodeado de gigantescas moles y millones de seres humanos y vehículos circulando por ella sin parar llegando a resultar verdaderamente asfixiante y estresante. Pero, en el fondo, la mayoría somos urbanitas, lo queramos o no reconocer. Yo recordaré también siempre esos films donde después de una catástrofe del tipo que sea se encuentran ante nuestros ojos calles desérticas y edificios abandonadas, resultando ser una visión terrorífica y monstruosa a la vez que atractiva y sugerente. Ricardo Berrio nos transmite todas esas sensaciones pero, sobre todo, gracias a la paleta de Juan Giménez, verdadero maestro de lo “inorgánico” consigue representarnos toda la magnitud descomunal de la megalópolis como ente propio.

cure dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
cure dijo...

Muy de acuerdo con ese ultimo comentario. Por lastima, Ciudad 2 no me parecio ni remotamente interesante, provocativa o innovadora como su predecesora, y aunque respeto a Garcia Duran considero el dibujo de Jimenez muchisimo mas acertado para la representacion de la inmensa urbe. Su manejo de las perspectivas, luces y filigranado es incomparable.

EduXavi dijo...

Lamentablemente, ahí no te puedo dar mi opinión, ya que no he leído "Ciudad II", dibujada por Luis García Durán. Por tanto, me quedo con tu opinión de que Giménez era el más idóneo para esta obra. La verdad es que, en estos menesteres, Giménez es mucho Giménez.